JOSÉ BOVÉ, nada menos que él -defensor de lo auténtico, sacerdote del ecologismo, azote de multinacionales y de las compañías de transgénicos- ha dejado sin casa al borreguito de Norit y a su mamá. Está a punto de ocupar su nueva residencia, espectacular -ahí nada que objetar: cada uno se gasta su dinero en lo que le viene en gana- pero atención a cómo eligió el emplazamiento:

Para escoger el emplazamiento de su mansión, la pareja observó durante meses los rebaños de ovejas, fijándose donde se concentraban para pasar la noche.

Como un salvaje neoliberal cualquiera. Claro que en el mismo artículo de El País hay otro detalle que desvela su impostura de nivel casi guntergrassiano:

Pero la verdad es que Bové, nacido en 1953 en Talence, en la Gironda, no tiene un origen campesino. Su padre, Joseph, es un científico de gran prestigio y miembro de la Academia de Ciencias de Francia. Su madre, Colette Dumeau, es profesora y sus hermanos, ingenieros. Buena parte de su infancia transcurrió en California, donde sus padres investigaban en la Universidad de Berkeley.

No, si al final resultará que tiene acciones de Monsanto...