VAYA POR DIOS, QUÉ CASUALIDAD: dos días antes del crucial debate sobre política exterior, el New York Times se descuelga con un supuesto acuerdo secreto entre Irán y Estados Unidos para negociar el fin del programa nuclear y evitar una posible guerra. Y no sólo eso: que los iraníes quieren esperar a empezar a negociar hasta después de las elecciones para ver si gana Obama o Romney. Por supuesto el diario estadounidense se preocupa de dejar bien claro que hasta ahora Romney se ha opuesto a cualquier tipo de negociación.
La verdad es que si está coreografiado --y eso parece, incluyendo hasta una 'negativa' de la Casa Blanca-- sería un episodio más de partidismo de uno de los medios de comunicación de referencia. Pero también de incompetencia, suya y de la Casa Blanca: hubiese sido mucho más letal filtrar esta noticia después del debate, no antes. Primero, porque le da tiempo a Romney a preparar la respuesta: básicamente que Obama ha conseguido decepcionar varias veces en política internacional, desde su famoso discurso de El Cairo y su gestión de la primavera árabe, pasando por las relaciones con Rusia. Y segundo, porque en el debate Obama --sabiendo que saldría la noticia al día siguiente-- podría haber hecho hablar a Romney, llevándole a un terreno en el que quedaría fuera de juego cuando se supiese la noticia, y sin tiempo de reaccionar porque el debate ya se habría celebrado.
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