sábado, mayo 22, 2004

COMPRADO O NO EN NÍGER o en algún otro de los muchos países productores en África -como tanto se ha discutido sin que muchos supiesen muy bien por qué-, el hecho es que Saddam mantenía un depósito de uranio en la antigua central nuclear de Tuwaitha. Allí estuvo desarrollando su programa nuclear hasta que por lo menos en teoría dejó de hacerlo al final de la primera guerra del Golfo, aunque no es eso lo que dijo David Kay en su informe del pasado octubre, ni lo que parece que va a reiterar su sustituto Charles Duelfer en el que va a presentar muy pronto.

El caso es que EEUU está planteando sacar todo ese uranio de allí para evitar riesgos [Todos conmigo: "¡Guerra por uranio! ¡Guerra por uranio!"]. Cierto, no estaba lo suficientemente enriquecido como para ser usado directamente en una bomba nuclear, de momento. Con el equipamiento adecuado, ese uranio se puede convertir con relativa facilidad de modo que pueda ser usado en una bomba atómica o, en el "mejor" de los casos, en una bomba sucia. Y esto último casi no requeriría más que colocar ese uranio empobrecido en una bomba convencional para que el material radioactivo se dispersara con el estallido de ésta.

¿La cantidad? 500 toneladas.

Qui-nien-tas.