sábado, septiembre 03, 2005

TODOS CON las manos a la cabeza al contemplar el vandalismo y la violencia que se ha adueñado de las calles de Nueva Orleans tras el huracán Katrina. "Es evidente que hay algo enfermo en la sociedad norteamericana", es el mensaje subyacente de comentaristas de todo pelaje que no acaban de ser conscientes de la magnitud de la destrucción ni consideran qué es lo que habría pasado en otro lugar si hubieran sufrido una catástrofe similar.

Porque en Nueva Orleans ha habido un cataclismo, pero en otros lugares infinitamente más tolerantes y pacíficos que las tierras bajo el yugo de Bush se va la luz un rato y se monta una buena:
Un apagón de luz, por causas que aún se desconocen, en la zona centro de la capital de Palencia provocó en la madrugada de este viernes una serie de actos vandálicos por parte de incontrolados que rompieron mobiliario urbano y escaparates, provocaron agresiones, quemaron contenedores de cartón y se enfrentaron a la policía. Los hechos se produjeron en la zona del casco antiguo de la ciudad.
Lo mejor es la nueva actitud de las fuerzas de seguridad, que se nota que viven también ellas en la nueva era del talante:
Las algaradas llegaron al extremo de que incluso un coche patrulla del Cuerpo Nacional de Policía tuvo que abandonar el lugar precipitadamente debido a la actitud agresiva de los incontrolados, informó Efe.
No fuera caso que se enfadaran, oye. Mejor proponerles que se sumen a la Alianza de Civilizaciones.