ESPAÑA APESTABA A JIHAD desde antes del 11-S, cuando las células salafistas ya planeaban aquí hacer la 'guerra santa', escribía José María Irujo en El País de ayer.
Sin duda por culpa de la guerra de Afganistán, y no digamos que la de Iraq, claro. Sabemos perfectamente que todo lo ocurrido en el mundo, y muy especialmente el 11-M, es consecuencia directa de las aventuras bélicas de Bú y sus neocones, empeñados en meterse en guerras de no sé cuántas íes. Si no fuera por ellos, el mundo sería una verdadera balsa de aceite y cantarían los pajaritos por la mañana.
Por cierto, ¿donde he puesto el calendario? Debo liarme con las fechas...
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